Con el perdón de los románticos empedernidos, el amor para siempre no existe. Es así al menos para quienes acuden a un abogado matrimonialista en Fuenlabrada y lo que dan a entender las estadísticas, que arrojan un dato de 400 000 divorcios anuales de media en nuestro país.

Teniendo en cuenta que aunque nuestro amor sí sea eterno, un matrimonio puede terminar en disolución (por divorcio, separación, fallecimiento o resolución judicial, entre otras causas), nuestro Código Civil contempla tres regímenes económicos a los que acogernos en el momento de su celebración: gananciales, separación de bienes y participación. La elección de uno u otro puede modificarse con posterioridad a la celebración del matrimonio.

Si no se especifica un régimen diferente, se aplica por defecto el de gananciales. Cualquier abogado matrimonialista en Fuenlabrada nos explicaría de forma sencilla que bajo esta modalidad los bienes (y obligaciones) que ambos cónyuges obtengan a partir de la celebración del matrimonio se ponen a disposición de la unidad matrimonial y se reparten a partes iguales en caso de disolución. No formará parte de esta sociedad de gananciales el patrimonio que tuviera cada miembro previo al enlace ni herencias o donaciones que reciban con posterioridad.

Con el régimen en separación de bienes, tanto el patrimonio con el que llega cada uno de los cónyuges al matrimonio como el que obtengan dentro del mismo le pertenecerá en exclusiva, no a ambos. Lo mismo ocurre con las deudas: un cónyuge no responde de las obligaciones en las que incurra el otro.

El régimen de participación sería una mezcla de los anteriores. Durante su vigencia, cada cónyuge mantiene el patrimonio aportado al formalizar el matrimonio, existiendo dos masas patrimoniales diferenciadas. En caso de disolución, el miembro menos favorecido participa en un porcentaje del patrimonio del otro.

Si necesitas un abogado matrimonialista, en el despacho de Elena López Rodríguez estamos para asesorarte. Ven a visitarnos.